miércoles, 26 de enero de 2011

Bizitzako aurrezkiak joku-etxean sartuko al zenituzke?/¿Invertirías los ahorros de tu vida laboral en un casino?

Tras la reforma que viene el próximo viernes, anuncios como el que se adjunta abajo, extraerán la mueca, que no sonrisa, de muchos, que, preocupados por su pensión pasarán por el banco correspondiente para abrir una cuenta sin fondo en la que ingresarán los ahorros del año, saneando así los activos de una banca rampante, excluyente, no-contributiva al bien de la sociedad y la justicia social.

Y olvidarán, si es que alguna vez lo supieron, que el sistema de pensiones privadas de todos los países del mundo occidental fue el gran fiasco de la mayor crisis conocida hasta ahora y que seguimos sufriendo: el que quita casas, destruye empleo, impide crecimientos salariales, destruye medidas de protección social.

Y olvidan, si alguna vez lo supieron, que la Seguridad Social es una empresa con superávit a la que contribuimos todos para garantizar las pensiones de los que trabajaron antes que nosotros. Y que ahora falta trabajo, y falta trabajo de calidad (estable, con salario digno) para que, trabajando, coticen, contribuyan al bien común y a nuestras pensiones.

¿Y por qué falta trabajo? Porque seguimos el juego dictado por las mecanismos financieros internacionales que han llevado al mundo occidental a la mayor crisis de sus historia destruyendo empleo, y por tanto, el bienestar de las personas que dependemos de nuestro sueldo para vivir. Ahora, los bancos, maltrechos por los pasivos tóxicos, vuelven a pedir nuestro dinero insultando a los jóvenes como en este anuncio; dinero fresco, limpio, proveniente del trabajo y no de la especulación, para volver a jugar a la gran ruleta financiera donde los beneficios se reparten selectivamente y las pérdidas se socializan.

¿Cuándo vamos a aprender? ¿Cuándo diremos basta Ya?

Mañana tienes una oportunidad.





Imprimatu

1 comentario:

  1. Cobrar una pensión tras haber cotizado durante toda una vida de trabajo con el horizonte de jubilación a los 65 años, es, ya digo, un derecho; no una gracia del Gobierno de turno.

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